jueves, 23 de septiembre de 2010


La tolerancia.


Podríamos definir la tolerancia como la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona...
La tolerancia si es entendida como respeto y consideración hacia la diferencia, como una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta a la propia, o como una actitud de aceptación del legítimo pluralismo, es a todas luces una virtud de enorme importancia.

la honestidad



Ampliar Sobre La Honestidad En Este Sitio
Es aquella cualidad humana por la que la persona se determina a elegir actuar siempre con base

en la verdad y en la auténtica justicia (dando a cada quien lo que le corresponde, incluida ella misma).
Ser honesto es ser real, acorde con la evidencia que presenta el mundo y sus diversos fenómenos y elementos; es ser genuino, auténtico, objetivo. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás, que, como nosotros, "son como son" y no existe razón alguna para esconderlo. Esta actitud siembra confianza en uno mismo y en aquellos quienes están en contacto con la persona honesta.
La honestidad no consiste sólo en franqueza (capacidad de decir la verdad) sino en asumir que la verdad es sólo una y que no depende de personas o consensos sino de lo que el mundo real nos presenta como innegable e imprescindible de reconocer
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miércoles, 22 de septiembre de 2010

La solidaridad


La solidaridad

La solidaridad nace del ser humano y se dirige esencialmente al ser humano.
La verdadera solidaridad, aquella que está llamada a impulsar los verdaderos vientos de cambio que favorezcan el desarrollo de los individuos y las naciones, está fundada principalmente en la igualdad universal que une a todos los hombres. Esta igualdad es una derivación directa e innegable de la verdadera dignidad del ser humano, que pertenece a la realidad intrínseca de la persona, sin importar su raza, edad, sexo, credo, nacionalidad o partido.
La solidaridad trasciende a todas las fronteras: políticas, religiosas, territoriales, culturales, etc. Para instalarse en el hombre, en cualquier ser humano, y hacer sentir en nuestro interior la conciencia de una “familia” al resto de la humanidad








LA PUNTUALIDAD

El valor que se construye por el esfuerzo de estar a tiempo en el lugar adecuado.
El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: una cita del trabajo, una reunión de amigos, un compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar.
El valor de la puntualidad es necesario para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia, pues al vivir este valor en plenitud estamos en condiciones de realizar más actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser merecedores de confianza.
La falta de puntualidad habla por sí misma, de ahí se deduce con facilidad la escasa o nula organización de nuestro tiempo, de planeación en nuestras actividades, y por supuesto de una agenda, pero, ¿qué hay detrás de todo esto?

El 
Compañerismo

A un fuerte compañerismo, hay que unir un correcto concepto de la amistad y enseñar a vivirla en toda su grandeza. En su libro “Los cuatro amores”, C.S. Lewis dice que muchas amistades se constituyen en base de excluir a otros.
Es cierto: no se puede ser amigos de todos y a lo largo de la vida siempre se está formando parte de distintos grupos. Pero hay que enseñar que lo importante en la vida no es coleccionar amigos como una mercadería de consumo sino que ser un buen amigo, ser una buen persona.
Y que tener un grupo de buenos amigos no significa que haya que olvidarse o rechazar al resto; por el contrario, es importante inculcar el valor del compañerismo que, según la psicóloga Mónica Larraín, no es otra cosa que enseñar a ser “buenas personas”, a tener la capacidad de escuchar al otro, de perdonar, de tolerar las diferencias, de ceder y de pasarlo bien juntos.
Respeto


odriamos pensar que faltar al respeto es simplemente tener malos modales. Claro, hablar con la boca llena, presentarnos sucios a la escuela o el trabajo, o empujar a los otros para pasar son conductas irrespetuosas. Sin embargo, significan poco en comparacion con las verdaderas faltas de respeto: tocar a alguien sin su consentimiento; burlarnos de una religion, de un trabajo o una forma de vida diferente a la nuestra, querer utilizar a los dem·s como medios para nuestros planes, abusar de quienes estan en desventaja (los ancianos, las personas enfermas, los ninos muy pequenos, los animales). Debes evitarlo siempre. A veces la mejor forma es seguir las reglas. Pero pensar siempre “debo hacer esto”, “no debo hacer lo otro” es solo el primer paso. El gran progreso en la busqueda del respeto no esta en la inteligencia, sino en el corazon: el amor a los demas sirve de guia e inspiracion para cuidarlos y honrarlos por formar parte de la vida.